Gracias, 2022
Un año lleno de aprendizajes

Querido 2022:
Fuiste un año lleno de retos. No te importaron todos lo planes que tenía para ti, tú tenías los tuyos e ibas a aplicarlos fuera como fuera.
Yo estaba segura de que este año me iba a dedicar a mi trabajo, a difundir Al Natural, a dar muchas clases de yoga y a lanzar proyectos nuevos. ¡Iba a ser MI AÑO! Pero no, llegaste desde enero rompiendo todo.
Empecé con un diagnóstico de TDA (deficít de atención), que en su momento no me movió tanto como lo que trajiste después. Íbamos bien, 2022, sólo tuve que aprender a organizarme, tomar unas pastillitas y estaba lista para brillar, pero no me la dejaste fácil. Seguiste insistiendo en romperlo todo y retarme aún más cada mes.
Para febrero, empezó a moverse todo. Nadie te dice que cuando te vuelves más atento no sólo se ve afectado lo laboral, sino también lo emocional. Pasé de no darle mucha importancia o atención a mis emociones, a no poder soltar el enojo o tristeza que sentía. Después de semanas de pasarla mal, enojada con la vida y conmigo misma, me detectaron ansiedad. Ahí sí se derrumbó todo. ¿Ansiedad?, ¿de verdad? ¿En serio necesitabas seguirle sumando retos? De verdad sentía que me moría y que había entrado a un callejón sin salida. Por suerte también mandaste gente mágica que estuvo junto a mí durante todo el proceso, lo cual me hizo darme cuenta de que no me iba a morir de ansiedad y que todo iba a salir bien.
Claro que la ansiedad no fue todo (rara vez viene sola), también trajiste la depresión con ella. Las dos bien felices a armar una fiesta de emociones dentro de mí. En su momento no estaba lista para el diagnóstico, así que la psiquiatra se espero dos meses más para soltar toda la sopa.
La verdad tenía sentido, me sentía fatal y eso no era de a gratis, de algún lugar tenía que venir. Por suerte los antidepresivos, o happy pills (como yo les llamo), sirvieron de maravilla y para mi cumpleaños número 27 me sentía mejor.
Todo iba bien, pues al fin estaba recuperándome de los bajones que me habías traído. Pero, ¡para ti no era suficiente! Para mayo las cosas empezaron a ir mal nuevamente. Me pusiste otro reto más: la presión completa de tratar de que 4 personas sobreviviéramos con lo que estaba ganando. Por suerte, no fuiste tan desgraciado como pensé y hasta eso sí mandaste muchas oportunidades para seguir trabajando en lo que tanto amo.
Después de semanas enteras de enfermarme de todo lo habido y por haber, me subieron la dosis de antidepresivos y me sentí mejor.
Para junio, me diste las fuerzas y valentía necesarias para tomar otra certificación de yoga. Y mandaste al maestro perfecto para la tarea. Honestamente, en su momento no entendía bien cuál era tu plan o por qué me habías embarcado en este nuevo viaje. Recuerdo que lloraba cada fin de semana antes de la certificación y llegaba asustada, temblando y sin saber qué esperar o por qué estaba ahí.
Con el tiempo, me fuiste enseñando el camino. Me juntaste con gente increíble que estaba pasando por situaciones similares a la mía. ¿Quién diría que el tener ansiedad y depresión iba a ser una excelente excusa para hacer amigos? Logré sacarle poco a poco el mayor provecho a todos tus retos. Saqué fuerza que no tenía idea que vivía dentro de mí para abrirme sobre el tema y volver a escribir este blog que tanto me ha ayudado y me ha acercado a gente que se identifica con mi historia. Decidí que, si ya iba a llover dentro de mi todo el año, era mejor aprender a bailar en la lluvia. Decidí que iba a hablar de mi depresión, ansiedad y TDA a quien estuviera dispuesto a escucharme, de forma que más personas pudieran aprender que no siempre se ve como lo imaginamos.
Para julio trajiste aires de grandeza. Me hiciste sentir invencible, como que podía compensar los últimos 5 meses en tan sólo unas semanas. Pero, ¡volví a caer en tu trampa! Volví a conocer el famoso burnout y nuevamente me tuvieron que ajustar la dosis de los antidepresivos. Por suerte, para ese entonces ya era experta en darme tiempo para recuperarme. Sab;ia que lo que ten;ia que hacer era soltar todas las cosas posibles y simplemente envolverme en una cobijita y apoyarme en mi familia, amigos y maravilloso novio.
Me trajiste en una montaña rusa, subiendo y bajando. Cuando mi salud mental empezaba a estabilizarse, empezabas a amenazar a mi salud física. En agosto y septiembre trajiste tantas gripas que me la viví en cama o arrastrándome por la vida tratando de trabajar. Para octubre, al fin parecía que ya estaba bien, pero como después de cada enfermedad difícil, desataste la disautonomía. Y como no era suficiente para ti, la combinaste con pequeñas crisis de ansiedad, las cuales invadieron mi espacio seguro: mis clases.
Por lo menos en noviembre te comportaste tan bien, que me dejaste cumplir mi sueño de dar mi primera clase a más de 40 personas. Honestamente no sé cómo lo logramos, porque a Pame también le mandaste un montón de retos, pero fue todo un éxito. Ya estaba lista para cualquier reto que arrojaras, ya me las sabía todas.
Por último, en diciembre, casi me dejas disfrutar por completo. Todo empezó bien, disfrutando a mis amigos y familia, y terminando la certificación. Pero claro que no te ibas a despedir sin un último reto, así que para el 15 decidiste salpicarle COVID a mi vida. Tuve que cancelar la semana más padre de suplencias y clases especiales por tus berrinches, pero aproveché para descansar, leer y ver todas las series que no había podido ver. Me viste tan feliz que no te quedaste callado y desataste mi disautonomía como hace años no se ponía, pero, como te digo, ya era casi invencible. No estaba dispuesta a dejarte arruinarme más cosas. Sí tuve que bajarle un poco a tanta intensidad, pero aún así logré disfrutar de cada momento.
Querido 2022, estás por dejarnos atrás. Fuiste un año lleno de retos y dificultades, pero creo que al fin entiendo tu plan. No viniste a hacerme daño, viniste a enseñarme a brillar a pesar de todo lo malo. Me enseñaste a ponerme en primer lugar y a conectar con ese poder inmenso que vive dentro de mí. Me regalaste nuevas amigas increíbles, me diste una nueva perspectiva de la vida y fortaleciste mi relación.
Así que gracias, gracias por retarme y llevarme a mis límites para poder regalarme todo lo que he aprendido.
Con cariño, Pau
--------------------------------------------
Empieza el año regalándote un espacio para ti con nuestras clases en vivo que se quedan guardadas en www.alnaturalbienestar.com/thenaturalmethod ¡Comenzamos el lunes 2 de enero!
Acéptate, quiérete y cuídate todos los días de tu vida con ayuda de nuestras clases en vivo: https://www.alnaturalbienestar.com/estudio-online
Sigamos en contacto:
Instagram: https://www.instagram.com/alnatural_bienestar/
Facebook: https://www.facebook.com/alnatural.bienestar1
YouTube: https://www.youtube.com/channel/UCQxSmGIgylrB2YZsMXomxjA